viernes, 4 de junio de 2010

Yami Shogun, el general en la sombra

Mientras en esta misma semana Yukio Hatoyama entonaba el discurso de dimisión, pregonando a todos los asistentes los motivos de su renuncia, no olvido mencionar sin embargo que Ichiro Ozawa, hasta ese momento secretario general del partido, también dimitía de su cargo. Esta imagen que puede ser totalmente normal, resulta la mar de curiosa, pues Ozawa no tuvo que salir y entonar el mea culpa a todos los presentes ni a toda una nación. No es de extrañar por tanto que la dimisión de Hatoyama no se debería solamente a sus promesas incumplidas y a un deterioro de su imagen para la ciudadanía, sino también debido a las malas influencias que tenía alrededor.
La figura de Ozawa siempre se ha mantenido en un lugar predominante en el partido desde 2006, siendo un elemento clave en la mayoría de sus decisiones. Incluso cuando renunció a seguir presidiendo el DPJ en 2009 mantuvo su poder en la sombra, estar en un segundo plano no le impidió ejercer su fuerza entre sus compañeros. Sin embargo sus constantes escándalos políticos han ido lastrando al partido lentamente, llegando al punto de tener que abandonar la presidencia del DPJ debido a la apertura de una investigación relacionada con una supuesta financiación irregular. No obstante, no dudó en apoyar a uno de sus candidatos, Hatoyama, para sucederle como líder del partido. Finalmente, después de una votación interna, el que fuera secretario general del partido hasta el momento, pasó a liderar el DPJ, para al poco tiempo convertirse en primer ministro.
Sin embargo, la herencia de Ozawa le salió demasiado cara a Hatoyama, viéndose involucrado también en turbios escándalos políticos que le condujeron a una fuerte impopularidad que acabó con su mandato, viéndose obligado a retirarse sin haber podido quitarse la imagen, para compañeros de partido y de prensa, de ser un títere de Ozawa.

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